La temporada de caza había comenzado y las liebres ya no eran libres.
El sol del amanecer apenas alcanzaba el horizonte cuando la paz fue turbada por ruido atronador de armas de fuego. Los miembros de la familia, sorprendidos, abandonaron sus confortables lechos corriendo en todas direcciones, aterrados y desorientados.
La temporada de caza había comenzado y las liebres ya no eran libres.
La temporada de caza había comenzado y las liebres ya no eran libres.