Magazine

Otra vez Marcos . . . Parte 4

Publicado el 16 septiembre 2010 por Estebanxito
Marco se quedó sollozando en aquella maltrecha y maloliente habitación, mientras se ponía la ropa sus lagrimas rebotaban en el  piso, miraba con asco su adolorido cuerpo que después de la brusca escena de sexo le causaba mucha repulsión; el olor a sexo aun invadía la habitación.
Toda la admiración, el amor y el cariño que sentía por Juan se fue convirtiendo en odio, y ganas de destruir a ese vil hombrecillo de gran verga que minutos antes se había portado tan brusca y maliciosamente con él, salió del hotel con lagrimas en los ojos, el cuartelero lo siguió con la mirada hasta que se perdió en la desordenada y tumultuosa calle Ayacucho; el ceño fruncido reflejaba su furia, los dientes apretados exteriorizaban su ira, caminó con la mirada perdida hasta su casa, cuando llegó se secó las lagrimas y empezó a maquinar su venganza.
La mañana siguiente lo encontré en msn, me contó lo sucedido y con mucha ironía me felicitó, pues mi consejo le había sido muy "útil".
- Gracias webón, tu consejo me sirvió de mucho, y finalmente lo logré, ya no me gusta, ya no lo amo, lo odio,  lo detesto, me da asco-me escribió por msn.
- ¿Que fue Marquitos, cuéntamelo todo cochinadas incluidas - Le respondí, el me contó detalle a detalle lo que le pasó, como se sentía ahora y que estaba buscando la forma de vengarse de Juan.
- Lo siento tío, no fue mi intención que pasara todo ésto - Le dije mientras el se despedía y cerraba su msn sin escribir ni una sola palabra mas, lógicamente yo me sentía la peor basura del mundo y el consejero mas cagón del planeta, lamentablemente poco o nada podía hacer para evitar que Marquitos se vengue de Juan, y menos me atrevería a darle otro "consejo" de los míos.
Marco aun no decidía como vengarse, así que una noche fría, salió a pasear en su moto, después de manejar por casi una hora, pasó por una calle bastante oscura, a mitad de cuadra pudo ver la silueta de un hombre que cruzaba la pista, cuando se dio cuenta que era Juan, apretó el acelerador a la máxima velocidad de la moto, con todo su odio lo envistió y no paró hasta llegar a su casa . . .

Volver a la Portada de Logo Paperblog