Una joven inglesa llega a una vieja mansión en el campo para encargarse de la educación de un niño y una niña que han quedado huérfanos. Poco tiempo después de su llegada, descubre que los niños reciben periódicas “visitas” de sus antiguos preceptores, un hombre y una mujer que habían muerto hacía más de un año. La institutriz, horrorizada, decide hacer lo posible para defender a los niños, cuya custodia se le había encomendado, y trata de interponerse entre ellos y los fantasmas.
En tan sólo unos días, he empezado y terminado “Otra vuelta de tuerca” de Henry James. La verdad es que era un libro que siempre quise leer porque, aunque fue escrito en 1898, bebe, en gran parte, de la Novela Gótica y de obras como “Jane Eyre” de Charlotte Brontë. Además, inspiró a pelicúlas como “Los otros” de Alejandro Amenábar. Es una novela corta, fácil de leer que tiene, como buen relato de terror, imágenes realmente persuasivas y horripilantes.
Siempre he pensado que el miedo es más intenso cuando se lee que cuando se ve. Creo que, la vez que he pasado más miedo en mi vida(cuando el miedo forma parte de la diversión, en un libro o en una película) fue cuando leí “It” de Stephen King. Antes, había visto un par de veces la película que, particularmente, me espeluznó. Pero no podéis imaginar lo terriblemente sugestiva que es la novela… la recomiendo muchísimo. Se pasa miedo de verdad.
En este sentido, “Otra vuelta de tuerca” no te deja indiferente. Es una historia de fantasma que, como os comenté, tiene capítulos que realmente te dejan en vilo. Imaginad una enorme y vieja mansión, una institutriz, un par de críos “encantadores”, un ama de llaves, fantasmas malvados que se dejan ver en los lugares más oscuros… Algunos pensaréis: “¡Pues tiene buena pinta!” Otros, en cambio, diréis: “Pues no es para tanto, hay miles de libros/películas que han dicho ya bastante sobre todo ello”. A estos últimos, los sabiondos, debo deciros que, además, el libro de James, como historia de fantasmas, marca un antes y un después en lo que al género se refiere. El motivo es la posibilidad de una doble lectura de la obra que ha dado casi 200 años de críticas y especulaciones de trama. Evidentemente, el hecho de esta disparidad de interpretaciones, es un aspecto que el escritor ha llevado intencionadamente.
En la edición que manejo, al principio de la obra, hay un prólogo que, específicamente, hace referencia a esta ambivalencia del escritor al concebir la obra. Es un prólogo que, como suelo hacer siempre, leí cuando concluí la obra. La doble interpretación dota a la obra de otro cariz que, sin duda, le añade varios puntos a su puntuación global. Me explicaré. Debido a la forma ambivalente en la que fue ideada y escrita, la trama y diálogos de la “Otra vuelta de tuerca” son, sin duda, un tanto irracionales. Se dan por conocidos muchos interrogantes; el lector no tiene acceso a la psicología de todos los personajes, ya que el relato es narrado en primera persona; la información está sesgada… Nada está claro en la novela. Por lo que, sinceramente, no sé si debería haber leído el prólogo antes o después, pero, he disfrutado más al conocer la doble interpretación de la obra (o triple) que al leer, propiamente, la obra… realmente, todo en ella es un poco caótico.
Para todos los que ya habéis leído “Otra vuelta de tuerca“, ahí van las posibles interpretaciones:
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