Aprovechando este momento de parón, de celebrar finales y comienzos, cierres y aperturas, es una buena excusa para mirar atrás y agradecer (¿y cuándo no?).
Hace solo 5 meses empecé a escribir en este blog, y os agradezco haberos pasado, comentado, seguido, compartido conmigo…
Recuerdo la primera semana, viendo los primeros 10 lectores y seguidores con nervios. ¡Alguien está leyendo lo que escribo por primera vez! ¡Qué horror! ¡Qué ilusión! Y me hace muy feliz ahora seguir compartiendo y que haya gente que lo disfrute, tan simple y tan gratificante.
Y quería compartir de nuevo la entrada más leída o gustada (aunque no lleve ni medio año), que además tiene mucho significado que sea una entrada sobre el agradecimiento y apreciación más básica, la apreciación de la vida misma.
Dice mucho de nosotrxs que valoremos tanto estos recordatorios, ya que la vida nos suele arrastrar a una velocidad con la es difícil tener esto presente. Es imposible, quizás, se nos olvida en seguida y volvemos al ritmo habitual, pero ahí va de nuevo el recordatorio, por si cuela.
———> Todo se te ha dado
¡Feliz final y principio que se nos regala de nuevo! Y que nos leamos mucho más