Ouija

Vamos a indagar en la historia de la conocidísima ouija:
La ouija nació oficialmente en mayo de 1890 pero realmente sus orígenes se remontan a mucho tiempo atrás más concretamente en el inicio del espiritismo moderno.

Hermanas Fox

Antiguamente ya se utilizaban métodos para contactar con el Más Allá, pero no fue hasta el 1848 cuando se empezó a utilizar este método, se origino en Hydesville, un tranquilo pueblecito muy cerca de Nueva York, fueron las hermanas Fox quien lo inventaron. Ellas les contaron a sus vecinos la experiencia que habían tenido con el Mas Allá: habían contactado con un espíritu y cuando le preguntaban el daba un golpe cuando quería decir si y dos cuando quería decir no.
Hasta ese momento la única manera que se conocía para hablar con los muertos era a través de oraciones religiosas y a partir del origen de la ouija empezaron a crearse otros métodos como la escritura automática, aunque visto que esta última no tuvo mucho éxito (ya que no se entendía nada por la mala caligrafía), pusieron una serie de palabras (si, no, hola y adiós) y las letras del abecedario en un tablero para que de ese modo fuera más fácil contactar con el Mas Allá y también para que no se remontara el espíritu a dar golpes diciendo si o no.
En mayo de 1890 Ejiah J. Bond, Charles W. Kennard y William H. A. Maupin fueron a patentar “la tabla parlante”, fueron ellos quien le pusieron el nombre de Ouija o Tablero Egipcio de la Suerte porque según ellos ouija significaba suerte en egipcio, no hace falta decir que ellos no tenían idea de dicho idioma.
La sesión de ouija consiste en lo siguiente: los asistentes a la sesión dejan la tabla de la ouija encima de una mesa, encima de esta ponen un vaso o un trozo de madera (también conocida como “planchette”) donde los asistentes colocan un dedo cada uno, abren la ouija diciendo una serie de pablaras, seguidamente el espíritu los saluda moviendo el objeto hacia la palabra Hola en el tablero, ellos seguidamente hacen sus preguntas y van deletreando sus respuestas a medida de que el objeto se va desplazando, hasta que finalmente se despiden.
Este es el proceso habitual de lo que suele ocurrir normalmente al usar este método para contactar con los muertos, aunque muchas veces no termina bien a consecuencia de varios factores: puede que alguno de los asistentes a la sesión no crea en este método y solo lo haga por curiosidad, que uno de los asistentes mueva él el objeto provocando que el espíritu se enfade, que a la hora de contactar con los espíritus no salga un espíritu bueno si no un burlón o uno maligno, que alguien de los asistentes tenga miedo o simplemente que no sepan como cerrar bien la puerta que abren con el Mas Allá a través de este método.
Cabe nombrar que este tablero no es ningún juego y hay que tener unas mínimas creencias, nociones y saber sobre todo como cerrar bien la sesión ya que sino sus consecuencias pueden ser malignas e inimaginables.