Los mejores momentos
no se dicen
no se escriben
simplemente
se guardan en el pecho.
Cierro los ojos para conservar
la imagen gloriosa de tu sonrisa.
Amanece
y el azar
me ilusiona
pero después
me vengo a dormir
sola
sin vos.
No puedo decir nada.
Todo muere en mi pecho.
Todo empieza y termina allí.