"Quizá es un eufemismo con el que se pretende hacer descender a algunos médicos que todavía están encaramados a su pedestal, mientras que se pide a los enfermos que abandonen su permanente genuflexión ante una enfermedad y se levanten para participar mucho más de lo que lo han hecho hasta ahora en controlar una patología crónica." (Artículo El paciente empoderado en El Mundo Salud).
No me gusta el término "empoderado". Quizá paciente proactivo se adaptaría mejor al concepto; pero, aun así, creo que no es necesario catalogar a este tipo de paciente porque no deja de ser eso, otro tipo de paciente más.
Durante mis prácticas en el Centro de Salud, he visto pacientes que han venido con su propio diagnóstico ya hecho de casa y reclamando ciertas pruebas (por supuesto, gracias a Dr. Google y Dra. Wikipedia). Siempre he estado tentada a preguntar para qué venían al médico entonces si ya sabían qué les pasaba; pero nunca me he atrevido, la verdad.
Éste no es el paciente empoderado. Él conoce su enfermedad porque ha hablado con su médico, han ido forjando una relación basada en la profesionalidad y en la autonomía del paciente, no en el paternalismo. Los dos a la misma altura; pero cada uno en su papel. Esto no es ni más ni menos que el resultado de una buena relación médico-paciente, y para conseguirla se necesita fundamentalmente tiempo para hablar y escuchar (ambas cosas igualmente importantes). La comunicación es fundamental en todos los ámbitos de la vida y en la Medicina no iba a ser menos.
La sociedad evoluciona constantemente y hemos de adaptarnos a ello. No podemos olvidar entonces que los pacientes también son personas, que forman parte de la sociedad y que también evolucionan. Si los profesionales sanitarios utilizamos la red para compartir, publicar e informarnos, ¿por qué no los pacientes? Eso sí, nada sustituirá una consulta cara a cara. A veces nos pasamos queriéndole poner nombre a todo...