Revista Diario

Pacifistas de pastel

Publicado el 18 febrero 2013 por Bebloggera @bebloggera
Por Maha Lub desde España 
Esa soy yo, una pacifista de pastel... Estoy segura de que muchas de vosotras también lo sois. Y es que hay días en los que todo cuanto acontece te empuja a desear liarte a tortazos con alguien. Estoy en contra de la violencia. No me gusta pelear. ¡Hablando se entiende la gente! Sí, pero es que hay personas que más que gente actúan como gentuza, su mal rollo te va envenenando y pierdes los papeles aunque solo sea en pensamiento. En adelante me referiré a semejantes elementos como desgraciados y desgraciadas.

El pasado sábado viví uno de esos días que el destino escoge para poner a prueba tu lado pacifista, me costó, pero al final logré meterme en la cama sin haberle partido la cara a nadie.Pacifistas de pastel
Todo empezó al salir de casa, iba con el hijo de mi novio y mi perro ciego, una vecina rociaba con su manguera las escaleras por las que debíamos subir, tuve que pedirle varias veces que apuntase hacia otro lado, recordemos que en mi lado del mundo es invierno, la desgraciada al fin me dijo, bueno vale, ya podéis pasar. Con el agua y los ladridos de sus maleducadas fieras, mi perro se puso nervioso y no atinaba bien en los últimos escalones, ¿qué os creéis que me dijo la muy señora??? ¡Date prisa que estoy gastando agua! Pues apaga la manguera tiparraca... Eso es lo que pensé pero me callé por no tenerla con ella. Hace unos días su hijo se cayó jugando y ella salió gritando: ¡Me cago en tos tus muertos! ¿Qué se puede esperar de semejante bicho de mujer? Mejor ni discutir con eso.El segundo incidente del día sucedió por la tarde, fuimos a disfrutar con algunos amigos en un chiringuito de la playa. Al llegar, vimos a un notas que estaba chuleando a todo el mundo, voy y le quito la bebida a este, le planto el puño en la boca a una para que se calle, me las doy de mafioso con todo el mundo, empujón por aquí, mirada de perdonavidas por allá. En fin, que el mamarracho en cuestión mosqueó a uno bien chungo, ¿resultado? Vasos volando y sangre. ¡Poned a los niños a salvooooooo y que la policía se lleve a ese desgraciado! Aunque la policía tardó en llegar y mientras tanto el señor me puso verde, ¡pero si fui yo la que conseguí quitarle el vaso roto de las manos al que lo iba a matar!!! Si lo llego a saber dejo que le rajasen la cara... Ooops! No quise decir eso, bueno, un poco sí.Tras evitar una bronca por la mañana y un degüelle por la tarde, llegó la noche. Primera noche para regalonear y divertirnos en muchas semanas. ¿Salimos? Venga, vamos a que nos mimen en un local donde trabajan unos amigos. Hotel de cinco estrellas, restaurante japonés divino, discoteca, ¡planazo! Hasta que fui a mear. Me encontraba sola en el tocador esperando a que quedase libre algún water closet, todos estaban ocupados. Apareció una puta brasileña dando voces y aporreando una puerta, no estoy insultándola, la muchacha era puta, de lujo pero puta. Le abrió la puerta otra puta, también de lujo pero vieja, estaba tirada en el suelo preparando unas rayas de cocaína sobre el retrete, ambas empezaron a vacilarme en plan: como nos quites un cliente te damos una paliza. Miré hacia otro lado ignorándolas y cerraron la puerta. Entonces entró una chica, la pobre venía sufriendo, no podía aguantar más. Un rato más tarde golpeó en las puertas para que la manada de putas  drogadictas se diera prisa. ¿Qué sucedió? Pues que la puta vieja salió diciéndome de todo menos bonita, se me encaró como una niñata abusona de instituto, la otra chica casi se mea del susto, ni le salía la voz cuando dijo, he sido yo la que ha llamado a la puerta. La puta vieja desgraciada, drogadicta y arrastrada contestó, me da igual, yo me meto con quien me da la gana. Os juro por Dios que estuve al borde de meterle la de la vecina, la del capullo de la tarde y diez hostias más. Pero me contuve, tan solo le lance una mirada de asesinas mientras le decía a la otra pobre chica, pasa tú primera... y es que, aunque en ocasiones sienta impulsos violentos, procuro ser educada y ante todo, pacifista.

Moraleja... Ya seas una madre desquiciada, un borracho cantoso o una puta tanto de lujo como barata, no seas una desgraciada ni un desgraciado, hay que actuar siempre con buena educación. ¿Vosotras sois pacifistas en cuerpo y mente o pacifistas de pastel como yo? ¿Os habéis sentido al borde de perder los papeles alguna vez? 


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