No había prestado excesiva atención sobre la elección de un nuevo Papa, algo que no me afectaba para nada, afectaba, y digo bien porque parece que esta vez sí me puede afectar, después de dos mil años, de unas cuantas decenas de Papas por y para ricos, ha llegado el bueno, el que esperábamos los desfavorecidos, los limpios de bolsillos, al que hoy sin saber aún lo que le ordene la Curia, llaman: "El Papa de los pobres".
Unámonos y marchemos a Roma, pobres del mundo, Francisco mandará a sus banqueros y escribas devolver a los legítimos dueños el oro y las tierras saqueadas y robadas por sus antecesores, una pasta, seguro que hay para todos, Francisco hará justicia y expulsará de los templos a mercados y mercaderes para siempre.
Lo que sucede, es que uno ya tiene sus años y no hace caso a cantos de sirenas, mejor será que no nos precipitemos y esperemos unos meses de legislatura Vaticana, a ver si nos sale rana y el viaje inútil.
Un momento, acabo de escuchar al infalible Rajoy opinar de Paco:"El nuevo Papa es una alegría para España"
-¡Hostias!, lo que nos faltaba.
FSS
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