Toda la web en estas fechas está empapelada con reportes de lo mejor del año, el cliché más televisivo de todos. A nadie le importa en absoluto qué fue lo mejor del año, no tiene ninguna relevancia, pero la costumbre nos hace creer que sí y allá vamos corriendo a ver ítem por ítem la arbitraria colección de sucesos bajo el nombre "momentos del año". Los pseudos blogs de fútbol incurren en el ejercicio del recuento sin advertir que el contenido que incluyen está tan lejos del fútbol como Ronaldo Cristiano de Schiavi Rolando.
La lechuza de Barranquilla, el desentendimiento entre Evo Morales y Messi, los bloopers de los arqueros, la caída de Riquelme, pelotazos a los árbitros, los medios internacionales hablando del descenso de River Plate y del América de Cali, el tano Pasman y sus cualidades de mandril, el baile de Bobby Charlton, los hinchas de Atlanta devolviendo las camisetas, el onanismo de Ronaldinho, la burla de los hinchas de Boca a los de River, las payasadas de Mourinho, y un extensísimo etc de fotografías añejas que nada tienen que ver con el fútbol.
Esconden bajo el nombre del hincha o del amante del fútbol, la abyecta morbosidad de sus miserias, la curiosidad por saber qué pasa detrás de las cortinas, qué sucede donde no los dejan ver, espían para ver de qué cosa pueden agarrarse para sentirse identificados porque en la excelencia del fútbol y del pensamiento no lo consiguen. La excelencia les resulta una oscura pared donde lo mismo da una sombra que una silueta, en cambio, en la frivolidad, en la charlatanería, en el engaño, en la miseria, encuentran el mejor espejo para reconocerse con inverosímil nitidez.
Por tales motivos, en este humilde acto, hago entrega del premio Pajeros del año a los numerosos blogs que mienten denominándose Futboleros cuando en realidad usan el nombre de un maravilloso juego para justificar la expresión de sus miserias. Por buen gusto, para no criticar desde ningún pedestal, decido incluir EL 10 Y 10 MÁS en la terna, aunque este blog aspira a otra cosa. La paja nos la hacemos todos, pero solamente un 10 es capaz de jugar como un 10.