— Oye, ¿es malo que no solamos decirnos te quiero?
— ¿Quién te ha dicho eso?
— Una amiga.
— ¿Y por qué piensa eso?
— No sé. Ella suele decírselo mucho a su pareja. Dice que lo necesita.
— ¿Y tú lo necesitas?
— No, yo no. No sé. ¿Tú?
— No, no lo necesito. Porque... tú lo sabes, ¿verdad?
— Sí, lo sé. Claro que lo sé.
— Ves. Pues ya lo estamos diciendo.
— Solo que con otras palabras.
— Eso es, con otras palabras.