Me cuesta ver esperanza en una minoría que se mantiene al margen de escupir sus opiniones, no por no entrar al juego, sino por sentirse ignorantes ante tanta información que desborda cada rincón y araña o reafirma a corazones que laten fuerte.
Al fin y al cabo todo es sentimiento, todo convicción, todos sentimos como propia esta lucha de sentimientos encontrados, contradicciones diarias. La tristeza y la alegría puede convivir a la vez. Miedo y confianza también pueden llegar a ser compatibles.
Pero hoy me pregunto ¿hasta dónde llegará el lanzamiento de juicios hacia ninguna parte y cuando comenzará la escucha, el querer empatizar con el otro e intentar comprender "lo diferente", respetar la otredad que no debe ser ahogada, sino que la diversidad existe para aprender, para crecer, para respetarla, para convivir, para ser juntos.
"Mi alma entera es un grito, y toda mi obra es el comentario sobre ese grito".