EL SABER Y LA RAZÓN HABLAN; LA IGNORANCIA Y EL ERROR GRITAN. De A. Graf.
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Cada vez van siendo mayores los consumos de panga y perca en los comedores escolares, cuando ello está siendo puesto en entredicho por algunas organizaciones. Se trata de unos pescados de agua dulce criados en piscifactorías en Vietnan y el Lago Victoria respectivamente, que han levantado la voz de alarma de la O.C.U. Esta asociación ha encontrado restos de pesticidas y mercurio en las muestras analizadas. Aunque los residuos contaminantes se encuentran dentro de los límites autorizados, recomiendan que su consumo sea controlado.
A su vez el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha manifestado su sorpresa porque en piezas congeladas del pez panga aparezcan tantos microorganismos contaminantes. En Europa ha sido objeto de numerosas incidencias. Así, en el 2007 se notificó la presencia de la bacteria escherichia coli en algunos filetes, y en el 2008 se rechazaron partidas por contener sustancias prohibidas como nitrofurano y nitrofurazona. El propio Gobierno español encontró lotes que dieron positivo en las analíticas de metabolitos, nitrofuranos y cloranfenicol.
La Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos de España (Apromar) afirma además que el panga se vende muchas veces “bajo fraude a los consumidores en la identificación de la especie ofrecido como solla, platija o lenguadina”. De la misma forma se ha denunciado la comercialización de perca del Nilo como mero español.
Países como EEUU o Japón han prohibido su comercialización y el debate ha llegado al Parlamento Europeo, al Congreso de los Diputados y al Parlamento de Galicia. Mientras esto ocurre, la Comisión Europea denuncia que algunas partidas de panga llegan contaminadas por residuos de medicamentos.
Bueno sería que se evitara el consumo de estos pescados de los comedores escolares y que las autoridades sanitarias limitaran sus exportaciones hasta que se aclararan las sospechas. Hay un viejo refrán que dice: “más vale prevenir que luego lamentar”.