Pantalones

Publicado el 14 abril 2015 por Aidadelpozo

- Estás ridícula con esos pantalones. A tu edad...

- Son unos simples pantalones. ¿Acaso pone en la etiqueta la edad que debe tener quien se los ponga?

- Llevas diez años queriéndote comprar unos pantalones así, y ahora...

- Ahora me los compré. ¿Y...?

- Nada.

- No, nada no. Has dicho: "Estás ridícula con esos pantalones..."

- Porque lo pienso. ¿Qué será lo siguiente?

- ¿Lo siguiente...? Déjame pensar... Lo siguiente es hacer lo que debería haber hecho hace mucho tiempo: dejarte.

- ¿Perdona?

- Te dejo, Alberto. Se acabó.

- Marta... ¿Tú estás bien de la cabeza?

- Nunca he estado más lúcida en mi vida. Marta y sus pantalones ridículos te mandan a hacer puñetas.

****

- ¿Marcos?

- Hola nena, no esperaba tu llamada hasta la noche...

- Lo hice, cariño.

- ¿Que hiciste qué?

- Decir adiós.

- No puedo creerlo.

- Pues créelo.

- ¿Y se puede saber qué te ha decidido a hacerlo ahora? ¡Llevo meses diciéndote que te quiero y pidiéndote que te vengas a vivir conmigo!

- Unos pantalones de colores.

_ ¿Unos pantalones?

- Ya te lo explicaré cuando nos veamos. ¿Puedes venir a buscarme? No quiero permanecer aquí ni un día más.

- ¿Sigues en la playa?

- Sí.

- Voy para allá.

****

- ¿Cuántos kilómetros hay desde el hotel hasta aquí?

- Según dice Endomondo, cuatro.

- Es un buen recorrido. Ocho kilómetros por la mañana y ocho kilómetros por la tarde.

- ¡Qué listo mi niño!

- Tontita...

- Luego nos tomamos un helado. Me apetece uno bien grande, Marcos. De café y ron con pasas.

- Menos mal que caminamos mucho, nena, porque si no lo hiciéramos, íbamos a echar barriguita.

- ¿Me querrías menos si engordase un poquito, cariño?

- ¿Bromeas? Te quiero a ti. Eres muy severa contigo. Vive, cielo. Un megahelado y a sonreír.

- ¿Hasta mis arrugas te gustan?

- Tus arrugas son sonrisas que regalas. No podría vivir ya sin ellas. Has creado en mí una adicción, baby. Y sin verte caminar con esos pantalones anchos por la playa, tampoco. Estás preciosa, pareces más joven. Flores de primavera...

- Mis ridículos pantalones con los colores de mayo.

- Se ven cómodos y no son ridículos.

- Te quiero, Marcos. Estos pantalones son mis favoritos para pasear por la playa. Serena, tranquila, en calma. Así me siento de tu mano y con ellos puestos. Cuando cae la noche y con esta brisa tan agradable, no me veo con otra prenda. Sabes que significaron un cambio en mi vida.

- Cambios maravillosos. Adoro esos pantalones.

- Anda, dame la mano y vamos a tomarnos ese helado en una terracita del paseo. Y luego al hotel...

- Mmmmm, al hotel. Con esos ojitos que me pones, debo suponer que cuando lleguemos...

- Supones bien, nene.

- Marta, yo también te quiero.

- Lo sé.

Publicado en RELATO CORTO

Seguir

Seguir "TORMENTAS DE TINTA"

A %d blogueros les gusta esto: