- Papá, ven acá!…
Algo incómodo, por tener que dejar lo que estaba haciendo, me dirigí al cuarto de mi hija.
- Dime hija que quieres…
- ¡Papá por favor arrópame con mi cobija!
Algo molesto exclamé:
- Hija tu sabes que estoy ocupado terminando un trabajo en la computadora y tu me llamas para eso… además, tu mamá acaba de salir de tu cuarto. ¿Por qué no le dijiste a ella que te arropara?
- Papá: lo que pasa es que a mi me gusta que lo hagas tu, porque cada vez que tu me arropas, me echas la bendición y me das un beso…
Amigos lo único que puedo decirles es que esas palabras de mi hija Jennifer quedaron grabadas para siempre en mi mente y en mi corazón…
Dios te bendiga hija, recibe un beso grandote…
Omar G. Serrano
omseomse@gmail.com