La verdad es que la rebelión contra mis padres, contra la pobreza, contra mi clase social, su racismo, su violencia, sus atavismos, fue algo secundario. Porque, antes de que me alzara contra el mundo de mi infancia, el mundo de mi infancia se había alzado contra mí. Para mi familia y los demás, me había convertido en una fuente de vergüenza, incluso de repulsión. No tuve otra opción que la huida. Este libro es un intento de comprenderla.
Ya os he hablado en más de una ocasión de novelas de temática LGBT en el blog, y también en mi canal aquí y aquí, pero nunca antes había leído algo basado en hechos reales. No suelo leer historias así porque no suelen gustarme, pero entonces Daniel Blanco me dijo que le había recordado en algunos aspectos a mi propia novela, así que al final me acabé animando. Y lo cierto es que, aunque tiene sus fallos, me ha gustado bastante.
La verdad es que mentiría si dijera que la novela me ha encantado, porque no ha sido así. Yo esperaba conmoverme más en general, sufrir más, horrorizarme más, y lo cierto es que en ese sentido la historia se me ha quedado un poco corta, quizás porque esperaba más en este sentido, más dolor. Aun así, esto no significa que sea un mal libro en absoluto.
Algo en lo que también tengo que felicitar al autor es en su trato del sexo. Son pocos los autores que se atreven a tocar este tema, y más siendo tan jóvenes y en una novela de temática homosexual, y Édouard Louis lo hace sin tapujos, a excepción de ciertos eufemismos. El autor narra a la perfección el despertar sexual de un adolescente gay, la vergüenza y las complicaciones que eso conlleva, y algunos momentos resultan especialmente estremecedores.
Pasando a lo negativo, lo malo de esta novela es algo común a esta clase de obras, y es la falta de un núcleo un poco más claro. No quedan totalmente claros los objetivos de Eddy/Édouard, ni tampoco sus razones para escribir su historia. Aun así, como decía es algo común a estas historias, así que no le voy a dar demasiada importancia.
Otra cosa que no me ha acabado de convencer son los diálogos, pues están todos en cursiva y no entre rayas. No sé si es cosa de la traducción o si el original ya era así, pero es algo que me ha molestado bastante y que me distraía mucho al principio. Por suerte, tampoco lo puedo considerar algo demasiado grave.
En definitiva, Para acabar con Eddy Bellegueule es una novela que, aún a pesar de sus fallos, no puedo dejar de recomendar para todo aquel que busque conocer un poco más de cerca una realidad muy dura que millones de personas tienen la desgracia de padecer cada día. Eso sí, es dura y bastante adulta, así que no se la recomendaría a los lectores más jóvenes.
Lo mejor: La capacidad del autor de apuñalar al lector con sus palabras.Lo peor: En ocasiones la prosa flaquea.Te gustará si... quieres leer un testimonio duro y real sobre una realidad que muchos siguen ignorando.