Revista Diario

Para alguien especial

Publicado el 02 marzo 2013 por Elva
Para alguien especial
   De un tiempo a esta parte los sábados la vainilla recoge los aromas impregnados en otras publicaciones y les hace un hueco en este blog. Sin embargo, hoy no va a ser así. Hoy es un día especial para la que les escribe. Hoy sería el cumpleaños de una persona muy especial. Probablemente, de una de esas personas que han dejado una huella profunda en mi ser haciendo que sea como soy. Sí, sin duda, que mis manías por el orden, el no poder sentarme a ver una película sin dejar todo recogido en parte es culpa de ella, porque siempre se lo vi hacer. 
  Recuerdo una vez que le pregunté " ¿serías capaz de ir al cine sentarte a ver una película sin pedirle una escoba al acomodador y barrer la sala?" y recuerdo su risa con mi comentario, como la vez que me dijo que no me empeñara en corregir las palabras que decía mal, que ya era mayor para eso...pero las corrigió y no volví a escuchar un entodavia...Son tantos y tantos recuerdos. Todos dulces. Soy incapaz de recordar un solo momento amargo. Me es imposible recordar verla enfadada. Siempre atenta, siempre preparándote el café o un "agüita" sin aún haberla pedido. 
   Siempre estuvo ahí. Siempre estuvo a mi lado. Me vio crecer, convertirme en adulto.Mi paso por la universidad.Mi experiencia en el teatro, para ella un gran asombro, ver a su nieta, aquella niña tímida incapaz de saludar a un desconocido hablando con desparpajo en inglés frente a cientos de personas. Emocionada me vio entonar el Gaudeamus Igitur. Adelantó la celebración de sus bodas de oro por mí porque me marchaba a Londres. 
   Me vio con pelo corto, con pelo largo, con zapatillas, con tacones.Llorar por penas de amor y disfrutó a mi lado de uno de los días más bonitos de mi vida. Su nieta se casaba, la que no soñaba con ser princesa, se vestía de largo, eso sí, ¡¡¡nada de iglesias!!! Y de pronto sus recuerdos fueron desapareciendo, sus ojos fueron perdiendo su brillo hasta que un día se apagaron y nos dejaron sin su luz. Sin su presencia. Sin sus abrazos. Sin sus risas y...sin su arroz con leche. No pudiendo conocer a su bisnieto y, sin embargo, esta atea convencida, está segura que sigue a su lado, que me guía y sonrie y disfruta con el golferas que le ha tocado por bisnieto. Feliz cumpleaños...abuelorra!!!!
Besitos avainillados
  

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