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Para contar / sueño sin moraleja

Publicado el 28 junio 2010 por El Cuentador

 “-Puedo hacer una cosa –le contesté. -¿Cual? –Me preguntó. -Despertarme.” Fragmento de “Episodio del Enemigo” de Jorge Luis Borges. 
Chuang Tze el dinosaurio soñó que era Monterroso, pero como ignoraba si él mismo estaba siendo soñado por una mariposa, se preguntó si al despertar Monterroso todavía estaría allí. Antes de condenarse a ignorar por los siglos de los siglos quién soñaba a quién, la mariposa decidió comerse al dinosauro, pero Monterroso le advirtió que sólo en sueños podría una mariposa hacer cosa semejante, que atragantarse así probablemente le provocaría pesadillas, que si cualquiera de los dos soñaba al otro entonces igual despertaría del dolor al primer mordisco, y que en cualquier caso, cuando despertase, el dinosauro todavía estaría allí.
El problema es que le habló en chino, de manera que la advertencia sólo la entendió Chuang Tze, que sabía que al despertar, sin duda la duda todavía estaría allí, pero la mariposa respondió que de todas formas no podía saber si su despertar era sólo la continuación de un sueño en el que soñaba que despertaba, o si era simplemente un dinosaurio al que los ojos estaban poniéndosele planos de tanto soñar que era una mariposa filósofa que dormía porque ignoraba si cuando Monterroso despertase, la reflexión de Chuang Tze todavía estaría allí.
El dinosaurio exasperado decidió ir a comprar insecticida para acabar con aquel embrollo de una buena vez, pero el dependiente de la tienda resultó ser Calderón de la Barca, que ya iba a intervenir recordando lo de que los sueños, sueños son, cuando aparecieron Freud y sus seguidores a querer psicoanalizar la vaina, quitándole toda la diversión al cuento.
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