Tengo tres panaderías a la redonda. En la que está más cerca, a unos cuantos metros, hacen buenas donas de chocolate; lo demás no está mal. La siguiente no me gusta; me hacía ilusión su milhojas, porque en las otras no lo hacen, pero no está bueno. Mi favorita es la menos cercana; una panadería integral en la que el pan dulce cuesta un poco más, pero vale la pena; me aficioné a sus bigotes de chocolate... Sin embargo, para el pan blanco: ninguna como el del supermercado; en lo dulce no destacan, pero se lucen con lo simple.
Silvia Parque