Hace unos días acudí a una conferencia sobre discapacidad y dependencia. Organizada por un partido político con el tenia cierta relación pero ningún compromiso formal que me impida opinar libremente. Faltaría mas.
Pregunte, suponiendo que se hablaba desde el conocimiento real y no desde la teoría, cuantas personas con discapacidad estaban contratadas en su entorno laboral. La realidad mas cercana. No lo sabían. Vamos, no tenían ni idea.
Ninguno de los dos conferenciantes de profesión representante de los ciudadanos en el momento actual, se había informado de un dato que tenían que conocer desde el minuto 1 que entraron a formar parte de una comisión de discapacidad.
La que se ha armado ha sido de ordago, incluidos comunicados internos de malestar, reprobación etc. Pero no por avergonzarse de no saber la respuesta, están indignados por la pregunta y que este hecho se hiciera publico en nuestro muro de facebook...
Rabian, pero no porque no sepan, sino porque se sabe que no saben y que hablan de oído en estos casos.
Da igual que el color del partido sea azul con gaviota, rojo con rosa, magenta, rojo rojo. La discapacidad da bien en las fotos y en las conferencias. Pero preguntas no, por favor.
Para la lucha del día a día, del minuto a minuto y a pie de calle, para eso piensan, ya están los padres.