Revista Talentos

¿Para que improvisa el actor?

Publicado el 18 octubre 2010 por Manumedina
La improvisación es un valioso recurso en la actuación, que estimula la creatividad de los actores, tanto en las habilidades del pensamiento, como las expresiones corporales. La improvisación está al comienzo de toda creación y es aplicable a todo lo que se hace, ya que toda acción puede realizarse como un trabajo penoso, como un oficio o como un arte. La improvisación es un trabajo pactado entre una o varias personas, con la peculiaridad de dejar que los sentimientos fluyan por el alma, olvidándonos de la parte racional durante el tiempo que dure el ejercicio.

La improvisación es un recurso que nos ayuda a desarrollar nuestra capacidad interpretativa. Es una exploración de la subjetividad. En algunas ocasiones puede utilizarse esta palabra de modo descalificativo para aquellas actuaciones con falta de profesionalidad, pero puede expresarse como una unidad técnica y teórica, debido a que no podemos olvidarnos de seis elementos fundamentales: Espacio, vínculo, deseo, circunstancias, emergencia y estado.
El espacio nos ayudará a situar la actividad, donde se encuentran la o las personas que van a desarrollar la acción, donde sus deseos van a entrar en conflicto. Debemos hacernos cargo de los elementos que crean nuestro espacio, por ello, normalmente, resulta más fácil el llevar un objeto que nos vincule con nuestra vida personal. El vínculo nos ayudará a establecer la relación entre las personas que van a desarrollar el ejercicio. Cada una de ellas deberá tener presente cual es su deseo, deseo que deberá llevar al limite para poder alcanzarlo con éxito. Dicho deseo debe pasar por las personas que están realizando el ejercicio, ya que, si no, la improvisación finalizaría en el momento en el que cada uno consiguiese su objetivo, sin haber entrado en conflicto. El objetivo principal de la improvisación es el juego reglado y la exploración de contenidos, emociones y sentimientos. Circunstancias, “yo soy yo y mis circunstancias”. Emergencia; la improvisación, mas bien consiste en la habilidad para hacer una tarea escénica pronto y sin previa preparación, de ahí que los deseos de los participantes deban resolverse con inmediatez. El estado; es el actor quien debe crearse su propio estado físico y psíquico.

El “aquí y ahora” juega una gran importancia en la improvisación. El actor debe estar preparado para cualquier incidencia en escena, no podemos olvidarnos que no hay nada predecible y perfecto. Todo esto nos lo enseña la improvisación. Una improvisación, si mil veces se hiciese, mil veces sería distinta.

La improvisación te permite desplegar un universo entero completo de sensaciones, nunca podemos olvidarnos que en escena “somos antes que actuamos”. 

En la improvisación no podemos olvidarnos del compañero o compañeros, siendo generosos con los mismos, porque aunque parezca increíble gracias a su comportamiento o comportamientos una improvisación puede hacerte transitar por sensaciones jamás descubiertas y habilitadas por nosotros mismos. El actor es aquel que es capaz de crear, el que tiene que conocerse a si mismo y aunque en ocasiones te cause rabia, dolor, impotencia... tan solo es el principio de una larga trayectoria.

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