Yo estoy ya muy cansada de todo, de verdad os lo digo. Estoy harta de perder amigos en la distancia, de despedidas, de promesas, de entrevistas de trabajo frustrantes, de contratos penosos, de lágrimas propias y ajenas. De la carencia de ilusiones, de desesperanzas, de impotencias y rabias. De "ya veremos", de "qué le vamos a hacer", de "ánimo, guapa, que todo llega".
Porque cuando alguien nos vuelve a dar con la puerta en las narices, después de más de cien CVs entregados, nos venimos abajo y eso es lo que toca: ánimo, guapa. Otra vez será.Y es fácil creer que no, que no será, que al final nos iremos todos al carajo y acabaremos viviendo debajo de un puente o de okupas por ahí, porque es muy difícil encontrar la luz en un túnel infinito.
Y manda narices -qué queréis que os diga- que yo, con un contrato de 20 horas semanales y cobrando menos de 700€ mensuales, sea una maldita afortunada. Porque estoy rodeada de jóvenes maravillosos, inteligentes, formados y preparados que siguen metidos en el círculo vicioso del ya te llamaremos si eso, y me duele verles sufrir y desesperarse porque yo también he estado ahí. Been there, done that.
Decía mi amiga Sil en fareborn el otro día que "era un sueño porque no sé si volveré a tener una oportunidad así para trabajar en lo que más me gusta: enseñar a amar la música. Puedo trabajar de lo que se me antoje, pero será un trabajo, no será un sueño. Y eso ha sido lo que más me ha dolido".
Y no me da la gana, Sil. Ya sé que yo soy una más de todas las personas que te han dicho que tienes que tener esperanza y no venirte abajo, que sigas buscando como en las patatas, pero es que no nos queda otro remedio ni podemos decirte otra cosa. Porque es verdad, coñe. Al final tienes que ganar por narices. Porque te lo mereces y, si no crees en el karma y en las teorías de la compensación cósmica, al menos quédate con que por mera estadística alguna vez tendrá que ser la buena.
No pierdas la ilusión. Que oye, nos seguirá yendo regulero porque por querer algo con mucha fuerza no se yo si se cumple, pero con esperanza se lleva mejor. Aunque hagamos un poco el tonto y seamos un poco ingenuas.Seámoslo. Creo en ti. Yo te acompaño.
Y esto, pa ti: