En México, hay historias recientes y terribles de tortura, cuasiesclavitud, desaparición forzada y muerte; ni hablar de la corrupción y la inequidad: tierra fértil para el horror.
Es el mismo México en el que sigue habiendo gente trabajadora, muestras de talento, y esfuerzos notables por dar apoyo a quien lo necesita.
No conviene dejar de ver para un lado, ni para el otro. Sin embargo, hay que tener conciencia del lugar social que ocupamos, antes de invitar a "ver lo bueno", para que la invitación no sea cínica ni desconsiderada; para que no sea una ola que calla la queja legítima.
Silvia Parque