[ Uno de los países considerados más civilizados del mundo, Noruega, lleva a cabo una práctica que el resto de las naciones califica de brutalidad, con alguna otra excepción, como Islandia y Japón.
La Comisión ballenera La Comisión ballenera internacional (CBI) estableció una moratoria -prohibición- a la cacería comercial de ballenas que entró en vigor en 1986, pero estos tres países se la saltan con distintas argucias legales.
Lo que no se sabía hasta ahora es que la gran mayoría de las ballenas Minke -unos cetáceos pequeños que son de los más cazados- que se masacran en Noruega son hembras y están embarazadas, según ha sacado a la luz el documental La batalla de la agonía, emitido en la televisión pública NRK ("noticias de Noruega y del mundo").
Noruega no sólo ignora el veto mundial, sino que es el país que más cetáceos de este tipo mata cada año, según distintas organizaciones.]
elespanol.com/Las ballenas y delfines son tan inteligentes como los primates
Aunque instintivamente siempre hemos pensado que los cetáceos son miembros especiales del reino animal, cada vez hay más evidencia científica de que, en términos de su inteligencia, son verdaderamente fuera de lo común.
Pueden resolver problemas y usar herramientas, expresar alegría y pesar, y tienen conciencia de sí mismos. Viven en sociedades complejas con avanzadas formas de comunicación. Se ubican entre los animales que más vocalizaciones emiten.
Es probable que los balleneros hayan destruido "no sólo numerosos individuos, sino también el conocimiento cultural que habían acumulado sobre cómo explotar ciertos hábitats y áreas".
Además muestran emociones muy parecidas a las humanas: desde alegría y pesar hasta preocupación por los heridos.
Mark Simmonds (director científico de la Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) -Sociedad de Conservación de Ballenas y Delfines-) cita el caso de un grupo de 30 orcas falsas que permanecieron tres días en aguas poco profundas acompañando a un compañero lesionado, exponiéndose a sufrir quemaduras de sol y corriendo el riesgo de quedar varadas, hasta que el animal murió.]