El ser humano es energía encarnada que se expresa hacia el mundo a través del cuerpo, las emociones y el pensamiento. De la misma forma, al caer de la nube, el agua de lluvia se desliza por la ladera formando al principio pequeños hilos que se van trenzando, tomando fuerza según sea la pendiente y su unión con otros hilos formando riachuelos. Al final, convirtiéndonos en ese gran río por donde transcurre la esencia de nuestro Ser, vamos definiendo el carácter.
Ese carácter tan peculiar nos ofrece una marca de identidad, pero en realidad no somos eso. Nuestra identidad esencial es que somos como el agua en el transcurso de la vida, desde el estado de unidad antes del nacimiento. Más tarde, después de nacer y consumido el periplo, igual que el agua recorre hasta legar a la mar, nosotros legamos al mismo punto de partida. La gota, otra vez, no se diferencia del gran océano. En esencia todos somos uno, pero la materia, la forma de expresarse y la mente crean la diferenciación.
En el contacto con la dura piedra desconectamos de esa sensación de unidad al nacer, perdemos nuestra identidad inicial o como dice Claudio Naranjo, nos adentramos en un oscurecimiento óntico (perder la identidad con el ser), elaborando un pseudoYo a partir de los recovecos de la “roca” que nos toca vivir, de los reflejos de quien se asoma sobre nuestra superficie “…tienes pico, nos dice el pájaro, y además bigotes, el zorro, y miedo el ratoncillo, o soy rapidísimo porque se ha estrechado las rocas…” A eso llamamos carácter, a la identificación con todas las experiencias vividas, las que tomamos como nuestras para crear un yo.
Tal identificación de qué somos y qué nos acompaña en el continuo de la vida nos lleva a seguir abrazados a este oscurecimiento. Un distanciamiento que nos arranca del momento presente, que no es otra cosa que darnos cuenta de nuestra verdadera esencia transcurriendo hacia la totalidad. No es necesario empujar el río, que ya de por si fluye, como no es necesario existir cuando ya estamos existiendo. El carácter muchas veces emite una clara pulsación que es contraria a las leyes naturales de la vida. La solución está en cambiar esa tendencia, aminorar la velocidad, parar para poder escuchar. Escuchar el fluir de la vida, humanizarnos, para así poder contactar con la esencia (nuestro centro) y desarrollar la capacidad de amar.
Taller de Terapia Gestalt y Análisis Bioenergético en Almería
-Fecha: 9 de Noviembre 10:00-20:00. 8 horas de duración (mañana y tarde, con una pausa para comer).
-Lugar: CENTRO PSICO-PEDAGÓGICO ESFERAS C/ Leandro Fernandez de Moratín, Nº 2 – 1ºC – 04007 Almería. Tlf. 675 171 700 – 607 221 774
-Inscripciones: Instituto PI (Tlf: 619391524)
-Precio: 50€
-Los asistentes deberán traer ropa cómoda.
En este encuentro te proponemos PARAR y que OBSERVES sin más, con sencillez, sin juzgar. Para ello recurriremos a dos herramientas: la actitud que aporta la Terapia Gestalt y la comprensión de la génesis de la neurosis que aporta el análisis del carácter por medio del Análisis Bioenergético. Pondremos énfasis a la toma de consciencia de la experiencia actual, mediante ejercicios bioenergéticos. Desde ahí contemplaremos como es mi aquí y el ahora, centrándonos en el presente, lo qué siento y como fluye la nueva organización que surge después de PARAR.
Toda la información ampliada del taller