Parasite Dolls - 2003

Publicado el 18 diciembre 2013 por Jimmy Fdz

Directores: Yoshinaga Naoyuki y Nakazawa Kazuto
  Luego de la primera era de Bubblegum Crisis a finales de los 80 y principios de los 90, damos un salto temporal a la segunda era, donde se hace una nueva versión de las aventuras de las knight sabers con Bubblegum Crisis Tokyo 2040 -con mucho mejor resultado-. Esa revisión tuvo dos OVA's, y el de hoy es uno de ellos.Parasite Dolls consta de tres episodios de 30 minutos, aunque prefiero -y me hace más sentido- considerarla como una película de tres unidades narrativas. Mucho mejor que tres capítulos pegados. Este filme sigue el buen camino dejado por AD. Police Files, pero que lo mejora notoriamente.
"Los boomers están para servir a los humanos"-Kimball.
  Al igual que en AD. Police Files, este filme corre con ventaja porque no están las knight sabers y sus historias (?) llenas de clichés, acción gratuita, y vacío argumental e intelectual -lo digo porque carecían de ideas, o no llegaban a desarrollar ninguna-. En este filme se deja de lado el loco deseo adolescente de ver algo fácil y nos entrega historias adultas, complejas, y hasta cierto punto, densas. Y lo mejor, sabe aprovechar las grandes ventajas y genialidades que ofrece el cyber-punk.
  Parasite Dolls trata sobre una sección especial dentro de la AD Police -ADvanced Police- llamada "Branch". En ella se encuentran Buzz, nuestro personaje principal, que odia usar armas, con un pasado problemático, y bastante serio. Están Michaelson y Angel, las dos mujeres de la sección, cercanas a Buzz. La primera es bastante loca y le gusta la destrucción y la acción, la segunda es el elemento infiltrado en otros lugares para llevar la inteligencia a Branch. Myers es el experto en informática y computación, y el jefe de todo esto es Takahashi. Lo interesante es que hay un miembro que es un boomer, Kimball, quien es compañero de Buzz. De todas formas, es Buzz el protagonista de todo. Es el investigador principal, y es su historia la que vamos descubriendo con el correr del metraje, trazando un personaje bien desarrollado. El de Kimball también ofrece bastante, como un boomer que se ve a sí mismo y a los otros como un instrumento y nada más.

  Como anoté antes, este filme consta de tres unidades narrativas. La primera trata sobre una cantidad inusual de boomers que se vuelven locos y comienzan a generar cierto caos en la ciudad. Esta unidad sirve para darnos a conocer el ambiente de la ciudad, a los personajes y sus características, y al rol de los boomers y como son usados por los humanos. Es más, aparece un boomer que está convencido de que está enamorado de una mujer.La segunda trata sobre Eve, una prostituta boomer emocionalmente complicada y cuyos pensamientos hacen que se mande algunos desastres. Además, hay un asesino de prostitutas boomers. En esta unidad comenzamos a profundizar más en la capacidad sentimental de los boomers, si tienen lo que hacen a los humanos, humanos. Y este personaje, Eve, es clave en ello -me recuerda un poco a las dos primeras historias de AD Police Files-.Ya en la tercera unidad narrativa no conviene adelantar nada, ya que encontramos la resolución de todo. Porque claro, son unidades narrativas un tanto independientes, pero tienen un fondo común revelado en la última parte.
En estas tres unidades narrativas encontramos resonancias de lo que fue AD Police Files, ya que podría decir que esta es una versión moderna. Tenemos la misma base de fondo -en la cual me explayaré más en los siguientes párrafos-, pero ejecutada con más recursos y mejor animación. También están las mismas características llevadas más allá, y por lo tanto, con mejor resultado. Este es un filme serio, de clara temática adulta, donde la violencia y lo erótico no ofrecen concesiones dando como resultado una obra coherente. Este es un filme que mejora notoriamente lo hecho en AD Police Files, que ya era bastante buena, pero al que había que reprocharle -en comparación con Parasite Dolls- su carencia de historia de fondo.

  Lo audiovisual es sencillamente impecable. Tiene una imagen y sonido muy cuidado, generando una atmósfera totalmente absorbente. La imagen es capaz de captar toda la esencia de la ciudad futurista, con sus altos y bajos. Como dije antes, bien animado, bien dirigido, con planos realmente buenos.En cuanto a la banda sonora, al menos en este filme no se meten con calzador canciones pop que antes convertían a la escena en cuestión en un calvario insufrible. Acá no hay nada de eso. En vez de demostrar lo bien que se les da el pop a las japonesas, los momentos importantes son acertadamente musicalizados , ya sea los eróticos, los impactantes, los tranquilos, etc. Se logra aprovechar y fortalecer el momento en cuestión. Lo repito, la atmósfera en este filme está muy bien lograda y cuidada.Por ejemplo, la primera unidad está más centrada en la acción, y tanto la imagen como la banda sonora logran presentar dicha acción de forma emocionante y efectiva. Escuchamos sintetizadores e instrumentos por el estilo, no una canción de amor que no tiene nada que ver.En la segunda unidad se presenta con elegancia magistral el erotismo que desprende el personaje de Eve. Y más le valía, ya que es la unidad erótica por excelencia del filme. Si fallaban en mostrar lo erótico, entonces se perdía el interés.La tercera unidad es un ejemplo de como la sobriedad y economía del lenguaje -cierto minimalismo-, especialmente en el tramo final, logra un final apropiado para lo que se había contado.

  Ya en la parte que trasciende lo argumental, llegamos a los temas que trata el filme. El fondo. Y lo bien cyber-punk que logra ser -no como Bubblegum Crisis y Bubblegum Crash, que eran pérfidos insultos a este genial género-.Para empezar, en Parasite Dolls se nos muestra magistralmente como es una ciudad y sociedad cyber-punk. Con lo artificial invadiendo lo natural, casi llegando lo artificial a ser lo natural. Pero lo que mejor hace es mostrar como los boomers son prácticamente indispensables para los humanos. También muestra el esplendor futurista versus lo sórdido que es la ciudad en general. Por fuera parece un lugar bello y hermoso. Pero dentro de ella es una jungla llena de peligros y bajos fondos con bares de mala muerte.La perfección no es lo que manda, sino que la corrupción. Vemos historias de drogas, los oscuros recovecos del comercio sexual artificial, el desinterés por la humanidad de parte de la Corporación Genom, etc. Todos estos elementos se aprovechan habilidosamente.Pero lo más importante es que está presente esa discusión sobre que tan humanos son los boomers, y que tan inhumanos pueden ser los humanos. La ética y la moral siempre están en juego. ¿Que hace que los boomers se vuelvan malos? ¿Ellos mismos son, en esencia, peligrosos para los humanos? ¿O los humanos corrompen a los boomers, siendo nosotros los peligrosos?Algo que me gusta es la apariencia humana de los boomers. Casi no se distinguen, y pueden llegar a comportarse como auténticos humanos. Lo paradójico es que los boomers dejan de ser perfectos cuando desarrollan sentimientos -no en todos los casos, pero es una constante-.No deja de ser curioso como los boomers a veces se muestran como otra especie no humana que es explotada por los humanos para su propio beneficio -si los boomers fueran comestibles, no duden que estarían en los refrigeradores de todos-. Los boomers pueden ser sirvientes, protectores, abrigo, o cualquier cosa, pero siempre estarán a la sombra de los humanos, como cualquier otra especie.
  Lo que me lleva a lo siguiente, que tiene relación con el titulo. Parasite Dolls. Muñecos (as) parásitos. ¿Se sugiere que los boomers son los que viven a costa de nosotros, los humanos? ¿O somos los humanos quienes vivimos a costa de los boomers? ¿Quién es realmente el parásito?

En fin, un filme realmente bueno, no sólo por su excelente historia y guión, o su magistral estética, sino que también por contener temas que subyacen la realidad actual -en un filme de hace ya 10 años-. Vamos, que debajo de cada historia relacionada con los boomers está latente algunos de los males que hay en la sociedad hoy en día.Hoy no son los boomers los que nos sufren, son otros. Incluso los mismos humanos.