Revista Diario

París es una fiesta

Publicado el 26 septiembre 2020 por Evamric2012

PARÍS ES UNA FIESTA

PARÍS ES UNA FIESTA

A menudo me pregunto y últimamente más que en otras etapas de mi vida para qué guardamos la memoria, y en caso de tenerla, si de algo nos sirve.

Todo esto que ya vivimos y que seguimos viviendo, nos haría mejores personas... 

Sonrío.

El marzo pasado mantuvimos un encierro obligatorio y pasamos la primavera en casa confinados, y hoy vuelta la burra al trigo… tras la desescalada, volvemos a escalar.

El uno de septiembre, y sin haber hecho los deberes, nos lanzaron al ruedo sin capote ni montera, a pelo, y a ver lo que pasaba…

Transporte público a tope mil, bicis desquiciadas saltándose semáforos, cogiendo direcciones prohibidas, sin casco, pasando por las aceras como Pedro por su casa, y paseando por los pasos de cebra como tigres. 

Anfiteatros y aulas con más de 40 estudiantes juntitos y pegaditos y además revueltos. En los descansos, por los pasillos, abrazos y besos desenmascarados, en la puerta fumadores a granel y mascarillas al revuelo. Sin gel, sin toallitas desinfectantes, y con 4 agentes de servicio para limpiar el desacato de más de 3000 personas entre estudiantes, docentes y administrativos en la enseñanza superior: Y eso en Prépa... las futuras élites de la Nación. No me atrevo a imaginar cómo las estarán pasando en los centros de secundaria... Era de esperar que poco después hasta los jóvenes más puestos fuesen cayendo como moscas por la Covid-19.Ahora hay penuria de test PCR… porque no los produjo la douce France y se les cortó el grifo.

Terrazas, bares, reuniones y fiestukis por doquier por si no hubiera ya mañana, bailes, e invitaciones de rentrée, presentaciones de libros, y cócteles para perderse hasta finales de octubre donde una quiera perder la cabeza, la mascarilla, el corazón y hasta el alma.

Y por si éramos pocos, parió la abuela.  

Los fanáticos, estos pinches cabrones, salen también de fiesta por las calles de París para, machete en mano, ir cargándose la libertad de expresión y el derecho a “blasfemar” que la justicia defiende así como los derechos de cualquier ciudadano que se precie en este país laico (El Juicio por los atentados en Charlie Hebdo están en marcha, y las nuevas portadas parecen no ser de su agrado esta vez tampoco…), y es que aquí en esta tierra de los sans culottes – y por si todavía queda alguien que no se haya enterado-nos podemos cagar en Dios y en la puta Virgen,podemos reírnos de Allah y del impronunciable (Javeh) y hasta de Dios y su único hijo y de su Sta Madre.De los primeros porque, jo, piensan que no sé cuántas mil vírgenes les esperan no sé dónde, de los segundos porque aún están esperando al Mesías, y de los terceros porque tener un Mesías-hijo que llegó engendrado por una virgen, y dos padres (uno terrenal y cornudo) y el otro que además de ser padre, está pluriempleado (padre, hijo, y Espíritu Santo) que como hijo se muere y resucita, y como Espíritu Santo es una paloma… con lo que contaminan estos bichos, y lo cochinos que son ¡¡por Dior!!

Saliendo hoy de casa al cabo de una media horita, como unos 30 mensajitos:

-Eva ¿¿¿¿dóoooonde estáaaaas????

-Atentado cerca de tu casa…

- Me da igual. –contesto en un copiar y pegar- cuando llegue al tajo (si llego y vuelvo a casa esta tarde noche) ya os aviso. Copio y pego: Llegada y voy a volver a salir que es viernes. Y mañana que los dioses del Olimpo se ocupen del resto ya si eso.

 

Uno más, pienso (atentado).No pienso salir del metro… desde que llegó el otoño,  París se parece a ese París del que me enamoré y al que vine a instalarme, dejando atrás familia, novio para casarme, la mitad de la licenciatura por terminar (me faltaba la especialización en filología románica e hispánica)...

y el mar…

Llueve, por fin llueve, el cielo luce ese gris tan luminoso parisino, los paraguas danzan, los impermeables vuelan al son de las hojas muertas que revolotean a nuestro alrededor como lanzándonos un sortilegio de los pies a la cabeza, y desempolvamos le béret que ladeamos sacando la trenza y paseamos las botas altas oliendo un asfalto mojado, respirando esta lluvia sempiterna, que nos hace volar con nuestras hojas muertas…

Una de mis estudiantes ha intentado suicidarse, 20 casos de Covid-19 entre mis estudiantes, 2 colegas amiguetes con Covid contagiados, uno de alto riesgo ya en la Uci, y cuando me toque, ya veremos cómo reacciono… por el momento me limito a vivir segundo a segundo, respeto ya sólo a quien me respeta, y sigo amando la vida con todo lo que me regala en mi día a día –y es mucho pese al ambiente irrespirable que compartimos actualmente- , sigo queriendo a mis seres queridos como el primer día, el resto, puede esperar… y al resto le digo, que pues eso, que puede esperar.

Marsella está a punto de petar... y luego se incendiará el resto. Esto es un polvorín.

¡¡¡¡Menudos tiempos... !!!!

Resulta complicado,  entrever en esta diáspora, alguna lucecita...


Os dejo mi clásico otoñal, que desde que abrí el blog he colgado en  todas sus versiones. Prévert, al igual que yo, creo que nos quedamos con la de Yves Montand...


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