Este fin de semana, nos movemos hasta la localidad de Selaya, llegando hasta el conocido Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz y más concretamente, hasta el parque de mismo nombre. Bien señalizado, y sin perdida tomando la salida desde el corazón del pueblo de Selaya.
Nuestra Señora de Valvanuz es la patrona del valle y de gran devoción entre la comunidad pasiega que se asienta en esas tierras. Celebrándose su festividad el 15 de agosto.
Lo primero que nos encontramos al llegar, será un pequeño aparcamiento de apenas 10 plazas. Frente a nosotros, el Museo de las amas de Cría Pasiegas. Localizado en la Casa de la Beata, y dedicado a las mujeres pasiegas que emigraron para ejercer de amas de cría, de los hijos de familias de alta cuna.
A continuación a escasos metros, el templo. Una edificación posiblemente del siglo XII, de planta simple, con pronunciados contrafuertes, espadaña barroca a tres alturas, cubierta a tres aguas, pórtico lateral y con aproximadamente 30 metros de longitud y una anchura de 9.
Seguimos el pequeño camino que recorre el recinto, avanzando hasta el parque, al que accedemos atravesando un pequeño puente en madera sobre el río Seco. Nada más llegar, podremos dejarnos llevar por el rumor del río, el espeso robledal De Todos que se erige frente a nosotros y las vistas de las cabañas pasiegas del valle.
A mano derecha, la fuente de la Virgen. Engalanada de flores y velas y donde el agua se filtra desde la montaña al río, realizando dos pequeños saltos de agua.
Siguiendo por el ramal derecho, un buen número de mesas talladas en piedra, barbacoas y un entramado de balaustres en madera. Que por el paso del tiempo, se han ido tiñendo de verdín.
Por Luis A. López Fotografía (Señor L)