Se trata de la misma playa por la que fuimos adentrándonos en la zona de dunas, pero a las 17 horas la marea está alta, y esto fue ya a las 20 horas, la marea tan baja que muestra la gran planicie que forma la arena. Es extensísimo.
Sólo arena. Me encanta.
Yo quedé enamorada del paisaje de espejos y pájaros, la quietud del agua permitía que el sol se reflejase ya casi en su ocaso mientras las aves, en su mayoría gaviotas, emprendían el vuelo por encima del mar. Una gran bandada de pájaros cuyo reflejo podemos apreciar en la última fotografía pero de las cuales me costó mucho escoger mis favoritas, ya que si las vemos a buen tamaño, comprobaremos que hemos sido capaces de captar todas las posiciones de su vuelo.
Sólo agua y gaviotas.
Esta lo tiene todo: cielo, arena, agua, sol, aves.
Algunas gaviotas en reposo con su reflejo y otras volando y también reflejadas en la arena lamida por las olas.
Este trayecto ha llegado a su fin, pero descuidad, que no me olvido de dejar las panorámicas en las siguientes entradas para que las podáis visualizar de forma interactiva. Advertir que de este viaje no tenemos vídeos que enseñar, no habría merecido la pena, era mucho más sensible de ser fotografiado. Espero hayáis disfrutado del viaje, merece la pena para olvidarse de la civilización y relajarse un fin de semana.