Que tal llambiones!!!, hoy vamos a cenar al barrio de Nuevo Gijón, concretamente a la calle Orán, a la parrilla Asador Don Pepe. Para situaros un poco más, se encuentra en la calle del centro de Salud, y que comienza a la altura de la gasolinera Foro en la avenida Oviedo. Se trata de una sidrería de barrio, bastante conocida el la zona, y a juzgar por la clientela, con buena fama. Era un local que tenía ganas de visitar, ya que varias personas me habían hablado muy bien de ella, tanto en el menú del día, como en carta, especialmente en carnes. Era sábado y conseguimos una reserva a pesar de estar hasta la bandera. No nos colocaron en el mejor sitio del local, pero es entendible, ya que reservamos tarde, y al hacer la reserva nos avisaron de que quizá no pudiéramos estar en el comedor. Nos colocaron en la zona de paso que comunica las dos partes del local, el comedor y la sidrería. Hasta aquí todo correcto, se disculparon por no tener otro sitio, y muy bien, pero a esto se junta un problema con el tamaño de las mesas, ya que la nuestra, y alguna otra que vi, son rectangulares, las típicas de cafetería, para sentar a cuatro personas a tomar un café, pero no para cenar, con lo que para cenar 7 como era el caso, juntaron 3 mesas, con lo que se pierde espacio. Puede parecer una tontería, pero teniendo en cuenta que nos colocaron en una parte de unos tres metros de ancho, hace el espacio un poco angosto. Como seria que, al otro lado del paso, teníamos a 4 personas comiendo, y tuvieron que moverles las mesas para liberar espacio de paso. Tenían dos mesas rectangulares unidas por la parte larga, dos personas en un lado y una más a cada cabecera, es decir quedando un lateral sin nadie. Para estrechar el tema, les colocaron las mesas en línea, unidas por la parte corta, con lo que parecía la mesa presidencial de una boda, dos en la parte pegada a la pared, y uno en cada cabecera.
Pero bueno metidos en materia, comentamos con la que parece ser la dueña la carta y nos recomendó la carne. Le hicimos caso y pedimos unas navajas de entrada, y una tabla de embutido con queso, y para continuar una parrillada de carne para dos y un plato estrella para dos, junto con una ensalada normal. El embutido estaba bueno, y no pudimos comer las navajas porque no quedaban, con lo que me quede personalmente con las ganas. En cuanto a la carne, estaba buena. La parrillada, nada del otro mundo, normal, con costilla de cerdo, solomillo, pechuga de pollo y chuletitas, y el plato estrella, muy bueno. Es carne de solomillo de cerdo con salsa de soja, y estaba muy tierno y rico. Ambos venían con patatas. De postre, quisimos pedir bombón de la Ibense, pero no tenían, con lo que compartimos un postre de la casa, muy vistoso, como veis en la foto, pero a fin de cuentas, nada del otro mundo, helado de vainilla, con nata montada, chocolate caliente y hojaldre. Muy aparatoso si se quiere compartir. Para beber tomamos dos jarras de sangría de sidra, muy buena, muy buena, y dos cervezas, 6 cafés, pan y agua, 112,20 €. En líneas generales, tenía muchas expectativas en probarlo y no me termino de encantar. Supongo que volveré otro día que no sea un turno de cenas un sábado, a ver que tal. Nada que resaltar, salvo el plato estrella y la atención de la dueña, por lo demás normal. Un tres lametones.
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