- - Ya llegará el hombre, --me decía como concluyendo un tema en particular.- - Y es que no es eso lo que más me importa ahora, tengo todos mis pensamientos enfocados en mis proyectos personales…--le respondí y escribí en el chat de Gmail donde nos estábamos comunicando.
Su imagen personal, había cambiado y entré en desesperación, él estaba en alguna parte de esta red virtual, estaba, pero nunca lo estaba para mí, nunca más. Una pared gris de fondo y un cuadro del retrato en grafito de Hugh Laurie en Dr. House, el mismo que me dio tantas veces la bienvenida. El cuadro sobre un sofá, un sofá de tres cuerpos blanco, ya no era igual. Ese sofá nunca lo conocí, y quizá tampoco lo conocí a él.