Revista Diario

Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)

Publicado el 17 noviembre 2020 por Isidro Lopez Arcos @1Sorokin

Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Mis queridos amigotes, casi no llego a tiempo de hablar de terror en este vuestro blog en el mes que se debe, en Noviembre. Porque todos sabéis que "treinta días tiene Noviembre, con Abril, Junio y Septiembre", o sea, que si se me va el santo al cielo y se me pasan los treinta días, ya estamos en plena temporada navideña. Vamos, suponiendo que haya temporada navideña, porque está el famoso Corona (virus, no la cerveza ni el ínclito emérito, que es esdrújulo) por ahí, encerrándonos en casa. Así es que, sus y a ellos que son pocos y huyen.
Os voy a hablar de los cuentos de Mariana Enríquez, que me han tenido sin dormir durante bastantes noches. La Enríquez, es una digna sucesora de Cortázar. Sus cuentos, os lo prometo, os van a dejar impresionados. Yo la descubrí gracias a una entrada de Esti, que podéis ver pinchando aquí, gurriatillos
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Mariana Enríquez
Con ese aspecto de no haber roto un plato, maneja los resortes necesarios para hacer sus cuentos algo que no se olvida fácil.
Yo he leído los dos libros de cuentos que os he puesto en la portada. Creo que también ha escrito una novela larga, pero no la he encontrado en "Punto y coma", la librería hispana (ojo: hispana, no española) de Bruselas. La pediré a algún amable suministrador.
Prácticamente todos los cuentos de los dos volúmenes pasan en Buenos Aires y algún otro lugar de Argentina, salvo uno, "Rambla triste", en "Los peligros de fumar en la cama" que tiene a Barcelona como escenario. Hay dos cuentos que me han impresionado, entre todos los que pasan en Buenos Aires, uno es "El chico sucio" en "las cosas que perdimos en el fuego" y otro, "chicos que vuelven", en el primer volumen. 
En el primero, sobre todo, dibuja un ambiente pesado, terrorífico, pobre, miserable en el barrio "Constitución" de Buenos Aires. Nunca estuve en ese barrio, pero sí al lado, en el barrio de San Telmo:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Ya os conté en este magnífico blog (mi abuela, pobrecita, murió hace mucho, o sea que me tengo que alabar yo solito) que estuve en 2010 en Argentina. Podéis pinchar aquí, si se os viene en gana. La verdad es que entonces, hablé sobre todo de los barrios más turísticos, como la Boca. Pero , ahora en la distancia, San Telmo me parece un barrio más auténtico. Cuando nos deje el Corona, tengo que volver a Argentina.
Ha encontrado mis antiguas fotos de San Telmo:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Con sus tangueros, sus travestís:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Con el mercado de San Telmo (soy un adicto a los mercados)
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Si os fijáis bien, abajo de la foto, a la izquierda aparece el fotógrafo. Cosas de la técnica.
Bueno, espero que disfrutéis del terror de la Enríquez, ya me contaréis. 
Entre tanto, os voy a contar que he hecho un bizcocho de calabaza siguiendo las indicaciones de Viena Sabores. La receta original está aquí, pinchad, pinchad gurriatos. ¿Por qué un bizcocho de calabaza? porque es la época (vamos, ya se está acabando).
Bien, hace falta azúcar y harina:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Aceite de oliva y levadura (he usado aceite griego, porque, oye, los griegos son los padres de la civilización occidental, y el aceite es más barato que el español)
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Tras trocear la calabaza, la meto en el horno hasta que está blandita:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Luego la machaco con un tenedor:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Cojo (agarro, caramba que hablamos de Argentina) cuatro huevos, separo las claras de las yemas:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Bato las yemas, añado la harina, el azúcar, le levadura y, finalmente la calabaza machacada:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Bato las claras a punto de nieve  (cosa fina ¿eh?) y las añado. Meto todo en un molde. y al horno, hasta que tiene esta pinta:
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)
Se saca, se corta, se le añade azúcar glas y se come, qué diablos, que para eso la he hecho.
Pasando terror con los cuentos de Mariana Enríquez (y calmándose después con un bizcocho de calabaza)

Venga, besotes amiguetes, espero no haber sido muy pesado. Hasta la próxima cita terrorífica


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