Siempre he sentido predilección por esta zona en concreto, de hecho, hasta las casualidades o causalidades de la vida, hicieron que terminara estudiando en la escuela de artes Pablo Picasso, donde disfrutaba de estas asombrosas vistas por todas sus ventanas y terrazas. Todavía recuerdo cuando estaban construyendo esta parte del paseo marítimo (comenzaron a hacerlo en el año 1.996), ya que coincidió en ese momento en el que yo estudiaba... hasta tengo en la memoria el día que vi desde las ventanas de mi clase, como colocaban las primeras farolas de color rojo, tan impactantes, modernas y que tanto llamaban la atención. Por cierto, como dato curioso, os comento que cada una de las 17 farolas costó en su momento 1.000.000 pesetas (6.000 euros de los de ahora) y cada una de ellas lleva dos esmaltes originales realizados por una conocida artista, Julia Ares y no hay ningún dibujo repetido, lo podéis comprobar si vais por La Coruña,
En el entorno del museo se muestran unas pocas bocas de artillería de grueso calibre. Un 88 mm antiaéreo, un cañón de una batería de costa y un par de piezas más. La colección de todas formas es limitada, como muestra de ello se puede tener en cuenta que en una valoración del material mostrado, se ha determinado que la pieza más valiosa es un pequeño cañón de salvas (de esos que parecen de juguete) de la época de la reina Isabel II.
Espero que os hayan gustado estos rinconcitos de mi querida ciudad, a la que como ya sabéis, ¡¡adoro!!Que poco me queda para volver a pisarlos... y para alguna sorpresita relacionada con el mundo blogger que dará lugar en mi tierra (¿qué será?)Un besito.