Revista Literatura

Pastillas de mente (4)

Publicado el 01 abril 2010 por Jalonso

Por J.A. Pastillas de mente (4)

Soy una mierda, me digo ante el espejo, reafirmando la ere de mierda de las mierdas.

Soy culpable de cada uno de los males de los que me rodean -claro que sí- soy una mierda que huele rancia.

Todavía no me he dormido y pienso que mi estado hediendo de mierdas ajenas (y propias) forman una fila larga que podría parecerse al infinito.

La oscuridad se ha apoderado de mis sueños claros.

El agobio de estar vivo me roza las costillas y el frío ingresa por  el espinazo y es la noche la que cae y viene por mí.

Lejos estoy del escarnio del final. Me encuentro en una etapa muy anterior de la constelación de la demencia.

Patos vigilantes enfilados que tiran cascotes en la guerrilla de tomates y nabos.

Uno de los de esos blancos y rosas se resbaló y ha muerto.

Mi gato verdugo lo masticó en la terraza roja como a las palomas chanchas y a los búhos. Su sangre se escurrió por la rejilla y la vecina barrió los huesitos para abajo.

Pediré ayuda al destino y a los amigos orejones alcohólicos de la talabartería.

Me dedicaré a rezar al Dios de los gitanos que se entregan al caballo y a esas tizas que hacen moquear.

Y aguardaré en mi casa, sentado, cómodo, respirando humo negro, lejos del mundo de los que aplastan esperanzas y hablan cotorreando venenos de palabras sin haches.

“Poque la vida correcta es lo más estúpido que hay”, dijo alguna vez Juan Filloy.

Con la mente en desierto blanco y la música prístina en mi corazón menguante aún luchador de todas las batallas insensatas, es posible que triunfe en mi carrera de torero inconsciente y obstinado.

Sólo así despertaré de la pesadilla que palpita como una cabra jadeante.

leyendadeltiempo.wordpress.com


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