Revista Talentos

Pata Negra, una delicatessen musical

Publicado el 08 junio 2013 por Perropuka

Pata Negra, una delicatessen musicalInternet, como siempre, es la mejor receta para salvar un día soso o anodino. La carretera de la información no sólo está inundada de cizaña, paja y tantas otras webadas. Hay que saber buscar, y fundamentalmente, escarbar, pues en cualquier artículo insospechado alguien suelta una pista,  alguien recomienda una cápsula para no atragantarse en el tiempo. Y si no, a porrazos, a chiripazos, a tropezones, uno pilla ciertas alegrías y, de paso, se reconcilia con la vida. Pasen que la mesa está servida.
Aperitivo:
  • ¿Se han puesto a pensar que es relativamente fácil versionar a otros grupos o artistas,  incluyendo a los más difíciles de imitar, en cualquier género y aún salvando el escollo del idioma? Por el contrario, es muy raro que alguien que no tenga sangre gitana, bien española, se atreva a interpretar música flamenca. ¿Será porque la música la llevan en los genes y en su hermético modo de vida, son imposibles de imitar por elementos extraños a su cultura?
  • Nunca he encontrado una explicación cabal ni entendible de por qué los artistas gitanos casi siempre eligen nombres o apodos gastronómicos como seña de identidad, y si no les parece, ahí les pongo algunos sobre la mesa: Manzanita, Tomatito, Camarón de la Isla, El Cigala y…Pata Negra, un tardío descubrimiento pero bien merecida la espera como nunca se debe experimentar la mejor jamonada a la primera probada. Que hay que ir entrenando el paladar de a poco, ¡leñe!, decía un maestro jamonero.

Plato fuerte:¡Ah!, qué sabroso hallazgo supone para mí, toparme con esta banda sevillana casi tan vieja como mis propios huesos. Y yo sin enterarme de su existencia, a pesar de la curiosidad insaciable. Según voy conociendo algo de su historia, dicen que en algún momento fueron bastante famosos, pero que luego debido a actitudes sobre el escenario y otras rarezas, sus feligreses se redujeron a círculos bien definidos. Borrados del mapa, hace tiempo que son solo recuerdos. Tal parece que les gustaba la etiqueta de malditismo como a otras bandas misteriosas donde conviven genios desatados. 
Originalidad es lo que define a este grupo de flamenco-blues o blueslería, un género inventado por ellos. Liderados por los hermanos Amador Fernández; volcánicos, virtuosos y versátiles a partes iguales. Maestros de la guitarra y con los oídos bien abiertos para fusionar su arte con elementos del blues y a momentos con sonidos que evocan al jazz. Rara mezcla que devino en un nuevo estilo, inclasificable, insuperable. Y hay quienes sostienen que el mejor tándem de la historia fueron los hermanitos Gallagher, más célebres por sus puñeteras rencillas que otra cosa. Ay, mundo afiebrado y olvidadizo, con esa pulsión por mitificar hasta las chiquilladas.
Al punto. Acabo de devorarme de cabo a rabo el álbum Blues de la frontera, que según los especialistas es su mejor trabajo. Luego con infinita calma me sumerjo en cada uno de sus temas, una y otra vez, hasta que la piel se empape de sus ritmos.  Agotado pero satisfecho con la convicción de un penitente que va en romería. Como alguna vez sostuve, escribir sobre música suena inútil y redundante, pues nunca achuntaremos en el blanco ni sentiremos los mismo. Hay poco que decir. Me abandono a la placidez. 
Blues de la frontera (Nuevos Medios, 1987)Temas1-Bodas de sangre2-Blues de la frontera3-Pasa la vida4-Yo me quedo en Sevilla5-How high the moon6-Camarón7-Calle Betis8-Lindo gatito   9-Lunático
Postre: 
Como me entró la glotonería por las voces gitanas, pero cuidándome de no llegar al empacho, aprovecho para compartirles el último disco (Lágrimas Negras) que hizo el recientemente fallecido maestro cubano Bebo Valdez, a dúo con Diego el Cigala. Con piezas como Veinte años, Inolvidable, La bien pagá, Vete de mí, ya tengo reservas existenciales para el resto del año. Agua del limoneeeeero…, ah, quién como los gitanos para traducir en notas los desgarros del alma, para hacer reptar las palabras por la garganta. Como nadie. Con piano y saxofón, exquisito colofón.
-------------------------- PS. No sean tacaños, dejen propina para este mesero ocioso y circunstancial. Eso sí, tómense su tiempo, degusten el menú sin prisa antes de soltar su veredicto. Nos vemos en unos días.

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