En Chile es sin dudas Condorito, en Japón son las estatuas de los personajes Yokai, en Argentina es Mafalda... en Israel es El Pato.
Es cuando algún personaje de historietas se hace tan popular que la gente lo consagra como parte de su patrimonio cultural. Hasta como su representante, quizás.
El artista israelí Dudu Geva tuvo una amplia carrera, pero su marca la dejó con su Pato. Ese personaje amarillo que comentaba agudamente de política, fútbol, la vida, de todo - y que se convirtió en eje central del quehacer israelí desde las páginas de periódicos y revistas.
Dudu se nos fué demasiado temprano allá en el 2005. Pero su Pato no pasó al olvido. La estatua en la plaza Masarik de Tel Aviv (arriba) es visitada y amada por todos. Ahora, la misma Municipalidad de la ciudad ha agregado un enorme pato inflable que nos observará para siempre en el techo: