Beatriz Benéitez Burgada. SantanderHace muchos días que no escribo en ¨mis grises¨. Podría decir que el tiempo no me da para más. Y seguramente será cierto. El trabajo, las peques, las compras -odiosas compras-, los cursos, los ejercicios, las personas...Pero no es la primera vez que pasa, y siempre sacaba un ratito para escribir. Quizá es que se me ha secado la pluma. En ese caso... confío en que sea temporal. O quizá me falte motivación. Esto me hace recordar que, hace algunos días, estuve en una conferencia del neurocientífico americano Paul Brown, que visitó Santander, de la mano del coach cántabro Carlos Herreros, presidente honorario de la Santander Bussines School. Dijo muchas cosas el profesor Brown, y algunas de ellas me llamaron la atención. Según las teorías que estudia y defiende, el cecrebro humano es un sistema de energía que funciona estimulado por ocho emociones básicas, que pueden dividirse en dos grupos. El primero: miedo, ira, asco, verguenza y tristeza. Estas, dice Brown, son las relacionadas con la supervivencia. En el segundo estarían la sorpresa, la alegría y el amor, y su potenciación puede llegar, incluso, a fortalecer el sistema inmunológico; porque el cerebro tiene una gran influencia en el comportamiento del cuerpo, al que envía órdenes continuamente. Según esta teoría, en función de las emociones que otros nos provoquen o que nosotros mismos seamos capaces de potenciar, podemos estar más cerca de ¨sobrevivir¨, o de¨vivir¨. Paul Brown da un paso más, al tratar de aplicar sus conocimientos al funcionamiento de las organizaciones o empresas, cuya clave está, según este reconocido experto, en la forma de gestionar esa energía en los equipos de trabajo. Ápuesta por promover formas de relación entre los directivos y sus equipos que, lejos de basarse en la relación ganar-perder, se establezcan desde la perspectiva ganar-ganar. Relaciones basadas en la confianza, ¨el oxígeno que nos permite conseguir cualquier cosa que nos propongamos¨, porque produce implicación, respeto y autonomía. Asegura Brown que, en tiempos tan duros como los actuales, los procesos de coaching pueden ser de gran ayuda, porque permiten llegar a comprender cómo funciona el cerebro, y encontrar formas de hacer que las personas sean más productivas en sus puestos de trabajo, por encontrar la motivación adecuada. No sé si el profesor tendrá razón, pero si algún momento es bueno para experimentar, posiblemente sea este. Un momento de profunda crisis, en el que las organizaciones, las empresas, tienen que intentarlo todo para sobrevivir. Y, si puede ser, para vivir. Y es posible que la ayuda de equipos bien gestionados pueda marcar la diferencia. Quizá sea necesario desaprender y aceptar el reto del cambio. Dijo muchas otras cosas el profesor Brown, pero de eso hablaré otro día. Sólo dos líneas más, para agradecer a Carlos Herreros la oportunidad de poder escuchar a una persona de la talla de Brown, y desearle mucha suerte con su nuevo proyecto -Santander Bussines School- que, sin duda, va por el buen camino.