Si pudiera apagar todo el mal, así como ellos pueden propagarlo tan fácilmente, lo haría. Pero no es tan fácil y todos sabemos eso. Quisiera hacer tanto y a veces soy tan poco. A veces simplemente espero una señal, una señal concreta por donde empezar, porque las esperanzas se están yendo y la credibilidad en la humanidad se va apagando.
Espero que estos deseos juveniles de un mundo mejor no se apaguen, cuesta mantenerlos en pie, nos pisan tanto, nos traicionan tanto, nos mienten tanto, nos hacen desconfiar tanto de los demás, que cada vez quedan menos de ellos. Pero seguimos brillando con lágrimas en los ojos, con penas en el corazón, con fracasos en el camino, con incertidumbre y a veces miedo; pero aun así brillando.