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PESCADOR NO; OCULISTA
Pedro, el oculista, ha salido corriendo después de colgar el teléfono. Seguramente no sea cierto. Dicen que hay un hombre en el pueblo que está curando a la gente sólo con posarles la mano en la cabeza y que entre ellos varios de sus pacientes se han desprendido de sus lentes y han gritado de alegría.
Ha llegado, exhausto por la carrera y lo ha reconocido. Era El, ese tal Jesús.
Seguramente ha regresado para vengarse de que no aceptase su oferta de dirigir su empresa.
PERO QUE ME DICES
-Pedro, el oculista, ha salido corriendo, ha llegado al río y se ha arrojado desde el puente.
-Pero que me dices, si acabo de verle ir hacia su casa con un ramo de flores y me ha dicho que iba a darle una sorpresa a su esposa.
-Es curioso, yo me he encontrado con el maestro y me ha dicho que iba a dar unas clases particulares al hijo del oculista y míralo ahí, en la plaza, jugando con la pelota.
QUE ORIGINALES
Pedro, el oculista, ha salido corriendo. Luis el farmacéutico lo ha alcanzado antes de llegar a la plaza. Antonio, el maestro estaba ya allí con un grupo de niños.
En la plaza se habían reunido todos los concejales con Margarita, la alcaldesa que tomó la palabra:
-Si queremos que estas fiestas sean especiales, debemos hacer algo. Tenemos que batir un record Guiness y el ayuntamiento había pensado en realizar la mayor tortilla de patata que se haya hecho nunca.
Los vecinos regresaron a sus tareas y ellos perdieron las siguientes elecciones.