Como bien se sabe, pelar la pava es el acto en el que un enamorado corteja a su pretendida
La mayoría de fuentes coinciden en indicar que la expresión se originó cuando en cierta ocasión la señora de la casa ordenó a su criada que tenía a su servicio que fuese a desplumar una pava que debía ser cocinada.
La muchacha se sentó junto a la ventana enrejada (algunas fuentes indican un balcón) y allí se puso a desplumar al ave; cuando apareció por allí el joven que la pretendía y ambos comenzaron a hablar.
Ante la tardanza de la chica, la señora dio un grito preguntándole que qué hacía que tardaba tanto, a lo que la muchacha contestó: “Ya voy, señora, que estoy pelando la pava”.