Revista Talentos
Anita nunca ha estado en la cárcel en la que vive su papá. Únicamente lo conoce por fotos. Ayer escuchó a la abuela Alfonsina susurrar: "Esta niña es igualita a nuestro Alfonso, qué pena". Anita no entiende qué tiene de malo parecerse a un tío, aunque lleve mucho tiempo muerto.