Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay. (Emily Dickinson).
La primera condición de toda comunicación es el respeto. (Albert Jacquard).
Si podemos hacernos amigos es porque no hay ninguna relación de interés entre nosotros. (Gao Xingjian).
Sí, a veces son los extraños los que te sostienen. (Zadie Smith).
La gracia, más bella aún que la belleza. (Jean de la Fontaine).
La esperanza es una cosa buena, quizá la mejor de todas, y las cosas buenas nunca mueren. (Stephen King).
El gato no nos acaricia, se acaricia contra nosotros. (Antoine de Rivarol).
La curiosidad intelectual es la negación de todos los dogmas. (José Ingenieros).
La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea. (Máximo Gorki).
Todo soñador tiene asegurada una porción de felicidad. (José Narosky).
Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables. (Jaime Balmes).
Vivimos solo de nuestros pobres, bellos, y magníficos sentimientos, y cada sentimiento que lastimamos es una estrella que apagamos. (Hermann Hesse).
No es que me hubiera enamorado, pero sentía una especie de curiosidad, de ternura. (F. Scott Fitzgerald)
Es maestra en el arte de poner al descubierto la libido temblorosa… (Ken Kesey).
A veces nos preguntamos por qué estamos aquí, pero si nadie nos va a contestar nunca ciertamente, vamos al menos a disfrutar de la estancia. (Juan Lobillo).
He aprendido que estar con aquello que me gusta es suficiente. (Whalt Whitman).
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