Imagen sacada de google
Hoy, después un tiempo sin escribir, me decido a abrir el cuaderno y a coger
la pluma, pero sin ganas de contar nada. Puede ser que ya no tenga nada que
contar o que ya no me apetezca inventar historias, ni describir sentimientos
que muchas veces ni siquiera existen.
Estoy cansado; aburrido, tengo
muchas ideas en la cabeza y sin embargo no tengo ganas de plasmarlas en papel,
dejo simplemente que desaparezcan, que se borren de mi pensamiento como las
olas del mar borran los dibujos de un niño a la orilla de la playa. Algunas vuelven,
otras se van sin dejar tan siquiera una mínima ilusión.
Quizá mañana vuelva con más fuerza y más ganas, pero hoy no, hoy no me
apetece seguir escribiendo.
Miro las nubes desde mi ventana y solo son nubes, ya no son sueños que
el viento arrastra, los pájaros hoy no cantan, solo graznan, el sol en lugar de
calentarme me hace daño en los ojos.
Hoy pienso que
no volveré a escribir nunca más mientras la pluma hace surcos de tinta el papel
virgen en el que baila.