Desde que empecé la práctica de yoga se me ha abierto una nueva ventana. Físicamente veo cuanto agradece el cuerpo las asanas y lo demuestra avanzando en fuerza y elasticidad a una mayor velocidad de la que esperaba. Mentalmente me encuentro más calmada, más positiva y más valiente. Hasta el punto de que estoy planteándome realizar un retiro de yoga. Consistiría en dos días en una especie de pequeño resort en plena naturaleza adaptado para ello, en el que haría dos prácticas de yoga diarias, dos de meditación (una a la salida y otra a la puesta de sol), comida macrobiótica y orgánica, vídeos inspiradores y excursiones al aire libre. Lo haría en un lugar que está a pocos kilómetros de casa, con lo cual mataría dos pájaros de un tiro: aprender a estar conmigo misma y ser más independiente, y profundizar más en este mundo del yoga que cada vez me gusta más. Me apetece estar un par de días alejada del mundanal ruido, desaparecer de todo lo que conozco, adentrarme en lo nuevo y en mí misma. Nunca he estado más de un día en algún lugar donde no conociera absolutamente a nadie. Creo que la experiencia sería muy positiva para mí.
Si consigo estar dos días entre desconocidos realizando todas las actividades, estaré superando una buena parte de mis miedos.
De momento el único que he encontrado es para principios de octubre. A ver si me coinciden los días libres (lo cual no sabré hasta septiembre y espero tener plaza), y me embarco en esta mini aventura 😊.
Imágenes sacadas de We Heart It.