Me encanta dejar siempre mi opinión de las cosas, pero hay veces que no me puedo resistir a poner un post que he leído por la red, como es el caso siguiente y que aquí copio:
Ahora que el Gobierno y los sindicatos están modificando la Ley de Pensiones, sería de agradecer que tuvieran en cuenta al colectivo de trabajadores que habiendo trabajado y cotizado a la Seguridad Social toda su vida (muchos de ellos con 60 años y cotizados más de 45), y teniendo derecho a poder jubilarse a los 60 años por la posibilidad que les ofrece la Ley 47/1998, no pueden ejercer dicho derecho por un motivo muy justificado, como es la supervivencia, ya que si accedieran a ello les supondría una merma de su pensión de jubilación de un 40% de por vida.
Es muy injusto que existan estas limitaciones para unas personas que se han dejado la vida trabajando y cotizando desde que eran apenas unos niños y que, llegados a esa edad, les sean drásticamente disminuidas sus pensiones.- Araceli Díaz Moreno. Madrid.
Con respecto a la modificación actual de las pensiones, se está hablando mucho de tantos o cuantos años, y creo que estaría muy bien que hiciésemos algunos números. Hoy en día, un arquitecto o un médico que terminen su carrera sacando todas sus asignaturas al año, y que no hayan repetido nada jamás, terminan con 24 años, y un licenciado de cualquier otra carrera que jamás suspenda nada, con 23. Si esos licenciados intentan doctorarse, se le añade a su formación un mínimo de tres años más que no cotizan y nos plantamos en como poco 26 o 27 años.
No hace falta ser de ciencias para darse cuenta que 27 años y otros 38,5 dan como mínimo 65 años y medio para cobrar una pensión completa, eso suponiendo que jamás se esté en paro, que se empiece a trabajar al día siguiente de terminar la educación y que nunca jamás se suspenda nada. A nuestro presidente se le llena la boca de que hay que cambiar el modelo productivo, de que la formación es importantísima, y resulta que aprueba un modelo de pensiones que condena a los más preparados a saber antes de empezar a trabajar que no cobrarán una pensión completa.
Volvemos a la misma sensación que ya hemos padecido en los últimos 15 años: ¿para qué voy a estudiar, si no compensa? Me pongo a trabajar y listo. Mientras no impongamos la idea de que la formación (carrera, FP o cualquier otra) siempre es más ventajosa que no tenerla, jamás podremos bajar nuestro nivel de fracaso escolar y nuestro paro juvenil. Si tuviesen esa formación, nuestros representantes habrían aprendido, al menos, a sumar. Guillermo Ferrer. Castilleja de la Cuesta, Sevilla.
Fuente: elpais
Foto: nortecastilla