Esos mofletitos
tan arrebolados
que enmarcan tu boca
de besos de miel.
Esos ojos grandes
de verde dorado
que todo lo miran
queriendo aprender.
Esa naricita,
graciosa y chatita,
tan bien colocada
en tu linda carita.
¡Eres tan bonito,
tan dulce y chiquito,
tan vivo y curioso,
feliz angelito!
Que te miraría
¡hasta el fin del fin!,
sin cansarme nunca,
pequeño Martín.
Autora: María Jesús Blanco (Dedicado a mi nieto de cinco meses)