Foto: Ralph Acosta
Recordó una noche, de hacía ya muchos años en la que volvía de una fiesta de la facultad. Aquel día encontró en su portal un gatito pequeño y sin dudarlo lo arropó entre los pliegues de su abrigo y lo subió a casa. Estuvo dias y dias aliméntandolo con una jeringa y leche...consiguió salvarlo...
Esa era la manera de vivir que pensaba tener, ocuparse de las pequeñas cosas, sensibilizarse con los problemas de los demás...
¿En que se había convertido? No quería escuchar su propia respuesta, no quería ver...demasiada mierda acumulada
No hacía ni media hora que dejó la reunión del partido...
Nada tenía sentido ahora...
Sabía que no saldría del cenegal...había perdido el alma...
Teresa