Pintura: Robert Kipniss.
“Uno se pierde por el deseo en sí de perderse.
Pero en ese lugar llamado “perdido” se pueden encontrar cosas muy extrañas”
Rebecca Solnit
En nuestra sociedad, estar perdido o sentirse perdido es visto como un síntoma de debilidad o falta de planificación. Haber planificado tanto en mi vida, me ha enseñado que siempre hay una variable que cambia todo el panorama. Se nos cae el plan se nos cae la vida; debemos entonces aprender a improvisar. Es precisamente en ese vacío de cosa segura, es donde los sentidos se nos agudizan, en la búsqueda de algún indicio conocido para orientarnos. Rendirnos a los designios y seguir caminando.
Perderse es rendirse, es estar inmerso en el momento presente, y cuando estamos presentes somos capaces de vivir en la falta de certeza y en el misterio de las cosas. Rendirse no es claudicar, sino aceptar que no tenemos toda la verdad, sólo una porción y a veces ni siquiera lo suficiente para tomar una decisión. Entonces entra en juego nuestro instinto, ese que tenemos dormido y latente, por todo la costumbre del camino certero, por lo que hemos prefabricado, predigerido, lo que hemos planificado tallado en piedra, tatuado a fuego, sin dejar espacio para la sorpresa y lo indescifrable.
Erika Roostna
PD Erika habla de la pérdida, para comentar el libro de Rebecca Solnit "La guia de campo para perderse"