Pérdidas

Publicado el 03 noviembre 2017 por Sylvia
Estoy sombría. Y está bien. Me siento llena de fuerza. No quedó de otra porque encargada de una niña, no puedo meterme bajo la cobija a llorar y fingir que estoy muerta. Así que me siento fatal, pero bien: leyendo como hace mucho no leía, pensando, con ganas de crear, a gusto con mi cuerpo después de una temporada de no estarlo, enamorada de mi hija.
Creo que estoy en la parte álgida de varios duelos.
Hace unas semanas perdí la carpeta de fotos del 2016: fotos de la niña. Solo tenía respaldado hasta marzo.
He pensado en las pérdidas hoy.
Tuve una perra que se alegraba al verme llegar a la casa. No sentía que a otro ser vivo en la casa le diera gusto verme. Tuvo que irse porque no me hacía cargo de ella como debía. Mis tortugas murieron porque dejé de cuidarlas cuando nació B. Las quise mucho, pero obviamente no lo suficiente
Me deshice de muebles, objetos y un coche, cuando me fui a Querétaro. No importaba. Lo importante era que nos teníamos a nosotros :D :D :D :D LA RISA LOCA. Nos teníamos a nosotros, que era lo importante.
Y teníamos libros. En eso gastábamos nuestro dinero. Cuando vine por ellos, ya no estaban. Luego perdí más y más cosas, pero ya no me importaron. Esos libros eran lo que teníamos. Tal vez perderlos fue una señal. Perdí mi anillo de matrimonio en la taza del baño: eso sí debió ser una señal.
Antes perdía las llaves, perdía dinero -señal de que había dinero qué perder-.
No hago bien eso de ganar dinero. O no lo he hecho bien hasta ahora: perder todo es ganar un mundo de posibilidades: como ir a vivir a otro planeta. Como ser otra persona; por ejemplo, una misma.
Silvia Parque