Muchas veces el precio del amor es el abandono y la soledad. Quizá sea injusto, quizá sea la puerta para una nueva oportunidad de volverte a enamorar.
Te pido perdón por si te amé tanto que te hice daño. Perdón por si tu ilusión superaba en creces el contenido de mi pequeño cofre llamado "corazón". Ruego que me perdones si lloré en tu ida a un mundo mejor, a una nueva oportunidad, una esperanza silenciosa. Sé que no te fuiste de vacío. Te llevaste todo mi amor y de seguro que aún me quieres. Pero la vida es imperfecta. Y nosotros somos imprefectos también.
Me siento culpable de cualquiera de tus lágrimas derramadas. Intenté hacer feliz y no pude. Y ahora te llevas, junto a mi amor, la amargura del fracaso y, en ese plano, paso yo de amante a enemigo, el culpable de tu desdicha, el verdugo de tu sonrisa....Y lo siento. Lo siento porque mi amor es real.
Lo difícil nunca es dar el primer beso sino el último.
Ver como partes, hundido por tu propio rencor, es la peor de las imagenes que uno quiere tener. Es amargura y dolor. Es lo que tiene el amor, que es cruel pero adictivo.
Sé que un día me perdonarás, quizá....Pero el verte destrozado por mi culpa me enferma el cuerpo y la mente. Nunca quise hacerte mal. Hubiera dado la vida por tí....pero todo lo que empieza, termina....y lo que termina da pie a algo que empieza.
Somos metamorfosis. Pero no olvides mis besos, mis miradas, mi sonrisa. Porque olvidarlo es matarme en tu mente y en tu corazón y ya estoy bastante muerto de amor por tí.